Hay cosas que deben morir contigo.

Hay cosas que deben morir contigo.

sábado, 15 de septiembre de 2012

No realidad


Una melodía oscura se escucha junto a su cama, son los cientos de microorganismos que comparten la desgracia de vivir en esa porción de mala realidad, comparten los olores y los colores muertos, los libros en desuso y el patio privado inexistente.

  Solamente un rayo de débiles ondas electromagnéticas mantiene viva la esperanza de días mejores, un café, un poco de escritura y música seria perfecto para seguir enfrentando su vida.

  Si hablamos de sonoridad éste espacio la tiene por montones, perros, balazos, riñas y canturreos adornan con un escandaloso boche, compañía ficticia pero bienvenida, seria una televisión, “ya me queda poco tiempo téngame compasión” dice mientras se duerme. “el invierno se acerca y frazadas no conseguí, cuando me encuentren tieso con un tango cabrón, despidan a este viejo”.

 Su bastón es lo único que algo de valor tenía, siempre dijo que era de Francia, se lo regalaron un día que viajo a un campeonato de ajedrez, “tiene incrustaciones finas”, repetía. Era un signo más que no hacia más que reafirmar su ya conocida demencia. Pero él era un trotamundo de eso no hay duda lo recorría con un papel y su pluma. Hasta astronauta fue y ahora ya no queda nada y los bichitos recuperan la energía prestada, el cuerpo del tatita vuelve a la pachamama. 

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