Como atrapada, entre tierra y encierro. Me corroe lo que no fue y no pude, me quiebra el no existir, me llama, me busca. Ahogada en el aire, la realidad y el instante.
Bato mis alas imaginarias desteñidas y cansadas. Quiero salir y superar al piélago ingrato y una vez más, como siempre, cedo, sucumbo y me hundo hasta donde el agua no es capaz de sanarme.
Se me pegan las algas al cuerpo y el pantano me atrapa, me estanca y no hay consuelo alguno, no hay luz, ni siquiera olvido. Esperar a que el universo se apiade y mueva las estrellas y las piernas dejen de temblar. Intentar que el sol te toque y que al sentir la fragancia, las flores te recuerden que sigues aquí. Que los pájaros te saluden y aferrarse al instinto.
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