Hueles igual que esa mujer que detestas, te ves igual a esa que llamaste prostituta, respiras como ella, hablas y gritas como esa loca de patio que golpeaste la otra noche, eres como esa que te desgració la vida. La destruiste con tus palabras, la juzgaste, la escupiste. Te vi cuando la quemabas con tú cigarro, estuve en el segundo exacto cuando le pateabas la cabeza, ella no te respondió, con tus mensajes poco sutiles ella se convenció de que es un ser inferior. La denigraste, la humillaste, tu cerebro quizás no dimensionó lo que provocaste, la influencia que dejaste. Modificaste su tiempo y su espacio se redujo a un absurdo. La hiciste sentir absurda, fuera de lugar, hiciste que se auto asfixiara. Mírala, ¿Que odias?, sus ropas, ¿Que rechazas? sus zapatos con tacos más altos. ¿Que te ciega? Hay ondas electromagnéticas, ultrasonidos que te alteran, que anulan tu entendimiento, ¿Es eso? Confía cuéntame la historia, háblame con tú verdad. La criticaste superficialmente hasta que te cansaste. Ahora no te acuerdas pero tu rostro se deformó de ira, cólera, furia. Tus uñas quedaron marcadas en sus brazos. No te interesó nada, ni nadie, ella volvió a su casa, lloró hasta que llovió, lloró hasta que alucinó con tus ojos, soñó contigo, durmió contigo, caminaste a su lado, creo que se enamoró no hace más que hablar de ti.
Inmenso el poder que tiene
una auto conversación, el estruendo fue tal, las repercusiones de la batalla
campal fueron tal, que su madre decidió sacar todos los espejos de la casa.
Me encanta vieja loca!
ResponderEliminarGracias querida :) te quiero
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